miércoles, 26 de abril de 2023

Ese mismo día, se desencadenó una violenta persecución contra la Iglesia de Jerusalén

 Libro de los Hechos de los Apóstoles 8,1b-8.


Ese mismo día, se desencadenó una violenta persecución contra la Iglesia de Jerusalén. Todos, excepto los Apóstoles, se dispersaron por las regiones de Judea y Samaría.

Unos hombres piadosos enterraron a Esteban y lo lloraron con gran pesar.

Saulo, por su parte, perseguía a la Iglesia; iba de casa en casa y arrastraba a hombres y mujeres, llevándolos a la cárcel.

Los que se habían dispersado iban por todas partes anunciando la Palabra.

Felipe descendió a una ciudad de Samaría y allí predicaba a Cristo.

Al oírlo y al ver los milagros que hacía, todos recibían unánimemente las palabras de Felipe.

Porque los espíritus impuros, dando grandes gritos, salían de muchos que estaban poseídos, y buen número de paralíticos y lisiados quedaron curados.

Y fue grande la alegría de aquella ciudad.

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